


La Zambra Gitana es uno de los palos flamencos más emblemáticos de Granada, un baile lleno de historia, tradición y emoción que tiene sus raíces en las cuevas del Sacromonte. Más que un simple espectáculo, la Zambra es un fenómeno cultural que combina canción, baile, tradición gitana y ritos nupciales. En este artículo descubrirás su origen, evolución y relevancia en la cultura flamenca.
Origen de la Zambra Gitana
La palabra zambra proviene del árabe clásico zamr, que significa “tocata” o “músicos”, lo que nos da pistas sobre sus raíces musicales. También se la conoce como Zambra Mora, debido a su origen en las danzas moriscas. La Zambra surgió como un baile ceremonial en las bodas musulmanas, y posteriormente se integró en las celebraciones de los gitanos del Sacromonte tras la llegada de los moriscos perseguidos en el siglo XVI.
Durante la Inquisición, Felipe II prohibió la Zambra por considerarla una danza indecente, pero los gitanos la continuaron practicando en secreto, asegurando su supervivencia a lo largo de los siglos.
Características de la Zambra Flamenca
La Zambra Gitana tiene rasgos únicos que la distinguen de otros palos flamencos:
- Baile con pies descalzos: símbolo de conexión con la tierra y expresión de la libertad.
- Vestimenta tradicional: blusa anudada bajo el busto y falda larga con pliegues amplios atada a la cadera, que parece flotar al bailar.
- Influencias moriscas: movimientos y ritmos similares a la danza del vientre y a los cantes por taranto de Almería.
- Participación femenina predominante: en las ceremonias nupciales originales, las mujeres dirigían gran parte del ritual y el baile.
- Componentes musicales: combina canto, percusión, guitarras y palmas, creando una atmósfera íntima y poderosa.
La Zambra en las Bodas Gitanas
Tradicionalmente, la Zambra formaba parte de los rituales matrimoniales gitanos, compuesta por tres bailes principales:
- Alboreá – apertura de la ceremonia.
- Cachucha – celebración y alegría durante el festejo.
- Mosca – momento simbólico y final de la boda.
Cada baile representaba un momento clave del enlace y contribuía a la cohesión social y cultural de la comunidad.
Evolución y Renacimiento
A partir del siglo XIX, la Zambra Gitana se convirtió en un espectáculo turístico, gracias a los primeros viajeros románticos que llegaron a Granada con la imagen de los gitanos bailando flamenco en sus cuevas. Figuras legendarias como Carmen Amaya, Lola Flores y Puela Lunaris ayudaron a popularizarla, adaptando la tradición para escenarios y turistas sin perder su autenticidad.
En la Generación del 27, el Concurso de Cante Jondo organizado por Federico García Lorca y Manuel de Falla contribuyó a dignificar el flamenco como arte cultural. Las cuevas del Sacromonte se consolidaron así como un símbolo del flamenco auténtico granadino.
La Zambra Hoy: Patrimonio Cultural Inmaterial
En 2019, la Zambra Gitana comenzó el proceso para ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, respaldada por zambras activas como La Rocío, Los Tarantos, María La Canastera y Venta del Gallo, así como por destacados artistas flamencos como Salvador Amaya y Marina Heredia.

Actualmente, se puede disfrutar en cuevas flamencas del Sacromonte, manteniendo viva la tradición y ofreciendo a los visitantes una experiencia única de música, danza y cultura gitana.
Consejos para Disfrutar de una Zambra Flamenca
- Reserva con antelación, especialmente en temporada alta.
- Llega temprano para disfrutar del mejor lugar en la cueva.
- Respeta a los artistas: aplaude y participa, pero sin interrumpir.
- Vive el momento: disfruta del baile y la música antes de grabar videos o fotos.
La Zambra Gitana no es solo un baile; es un símbolo vivo del mestizaje cultural andaluz, de la tradición gitana y de la historia del flamenco. Desde sus raíces moriscas hasta su presencia en las cuevas del Sacromonte, la Zambra continúa fascinando a quienes buscan vivir una experiencia auténtica de flamenco en Granada.